El propósito fundamental del Intuir
Intuyendo podemos saber todo tipo de saberes:
Saber si otros nos mienten y es increíble.
Ser
diestros en todo tipo de destrezas y es genial.
Conocer intuitivamente el pasado o futuro y es excepcional. Arreglar desarreglos de seres vivos es gratificante. Saber que siente AQUEL SER más claro del universo ante nuestras decisiones, es inimaginable. Poder sentirnos claros continuamente es alucinante.
Pero más fundamental e imprescindible es, que gracias al uso del intuir, transitemos este corto periodo de vida constantemente en óptimas condiciones.
Porque sin esto, no se podría dar absolutamente nada de lo anterior. Nos arriesgaríamos a perder todos los demás saberes y posibilidades excepcionales; y volver a sentirnos desubicados, desorientados, confusos; como antaño, cuando no los poseíamos.
Olvidar o perder estas claves que tanto nos han costado tener, y sentirnos de nuevo en condiciones deplorables. Si no hacemos uso del intuir y por ello erramos, nos podría acarrear
desajustes y consecuencias irreversibles a nivel: físico, mental o espiritual (traumas, desequilibrios, enfermedades, muerte…)
Concluyendo; que de nada nos sirve llegar y degustar todos estos saberes que describimos al comienzo; si no ponemos en primer lugar el principal propósito, que es ser diestros en intuir para cuidar de estar en óptimas condiciones constantemente.
Este, de entre todas las fabulosas posibilidades que conseguimos al intuir, es la imprescindible; no descuidarnos un segundo; sentirnos constantemente en el estado idóneo; evitando todo y todos los que nos lo perturbe.
No olvidar que todo lo demás se dará, si se da este. De nada servirían los otros propósitos; si este, el fundamental, no se diese. Y este solo se daría, si supiéramos sentir constantemente, la diferencia entre lo que está totalmente claro, de lo que no es. Recuperemos este potencial para comenzar a intuir en lo más simple, y obtendremos hasta lo más complicado.